Dawn es una chica de catorce años a la que le apasiona el mundo de los caballos. Y entonces llegará un misterioso caballo con el que formará una maravillosa amistad y con él llegarán nuevas personas, y nuevas aventuras.

19 de febrero de 2011

Capitulo VIII.

Se levanta, ¡qué tarde es! Se pone unos vaqueros y una camiseta larga con unas Converses. Baja corriendo las escaleras y se pone a desayunar rápidamente, termina lo que tiene que hacer y sale por la puerta despidiéndose de sus padres. Afuera se puede ver  sus amigas discutiendo por un tema que no comprende, al menos hasta que está cerca.
-¡Qué si!
-¡Qué no!
-Habéis vuelto a ver la telenovela esa, ¿verdad?
-¡Ella dice que es una nueva actriz y yo le digo que es la misma! Y entonces ella me dice: "¿y por qué tiene la nariz distinta?" y yo le respondo: "¡pues se la habrá operado!"- grita Lola.
-¡Pero que es una actriz distinta se ve de lejos y de cerca!
-¡Qué no!
-¡Qué si!- continúan discutiendo hasta la puerta del instituto, pero, Dawn va pensando en otra cosa: quiere ver a Luis. Pero no va a las mismas clases y a penas podrán verse.
Llegan a la puerta del instituto donde les espera Luis con una amplia sonrisa en la boca, como siempre. Ella le devuelve la sonrisa mientras que se acerca a él.
-Hola- le dice Luis-, ¿qué les pasa?- dice mientras que mira a Lola y a Marina gritarse.
-Una telenovela que ven- responde mientras que mira al cielo mientras que gira la cabeza a ambos lados.
-¿Vamos?
-Sí, antes de que las dos locas se empiecen a tirar de los pelos.
-¡Eh, esperadnos!- Marina y Lola corren hacia la pareja mientras que los dos se ríen.
-Pero no volváis a montar un pollo por la estupidez del culebrón; es más, no veáis más  la telenovela esa.
Se dirigen hacia el patio, Marina sale corriendo; Luis, Lola y Dawn se miran con caras extrañadas.
-Vete a saber a dónde habrá ido- dice Dawn mientras que se ríe. Vuelve con un chico rubio y de ojos azules grisáceos cogido del brazo.
-Chicos, este es mi primo Alan. Alan, esto tan feos que tienes delante son, de izquierda a derecha: Luis, Dawn y Lola. 
-Hola- saludan los tres.
-Hola- Alan les devuelve el saludo.
-Bueno, Alan- dice Dawn para intentar dejar a un lado el momento en silencio-, ¿vives en este barrio?
-Sí, vivo en la calle Rector Manuel Pérez.
-¡Esa está al lado de la mía!- responde ella con una amplia sonrisa, en realidad no sabe por qué se ha excitado tanto, a lo mejor ha sido sólo para parecer simpática.
Suena la sirena, Lola y Marina ponen cara de asco mientras que Dawn le da un beso en la mejilla a Luis. Va a ser un día muy largo, o al menos eso cree.
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"Qué maja es", Alan piensa en el momento en que la chica ha esbozado esa sonrisa, ¿o tal vez haya sido sólo por amabilidad? ¡Pero en qué está pensando! Es su primer día, tiene que estar atento.
-Buenos días chicos- entra un profesor por la puerta.
-Buenos días- responden ellos al unísono.
-Bueno, no sé si os habréis dado cuenta, o estáis en vuestro mundo, pero, ha llegado un nuevo alumno, Alan Rodríguez; Alan, ¿quieres presentarte ante tus compañeros?- se levanta intentando no ponerse rojo de la vergüenza que le da. Oye varios murmullos, risas; cada vez se siente peor. Saluda con la mano mientras lo demás le miran.
Las clases pasan paulatinamente, de vez en cuando mira a Dawn, sin saber por qué, se siente idiota haciendo eso, ¡si a penas le conoce!
Su prima le ve desde su pupitre y sonríe, ya sabía ella que iba a pasar esto. Alan y ella han sido uña y carne desde siempre, y lo conoce de maravilla. Y a Dawn, que es su mejor amiga desde que tienen conocimiento; y sabe que tienen un montón de cosas en común; aunque ellos no lo sepan.
Pero, a la vez se siente un poco culpable porque, ¿y si llega a ser la culpable de que Luis y Dawn puedan llegar a separarse? No podría perdonárselo, ellos son unos grandes amigos suyos y unca les haría daño, ni aposta ni adrede.
Pero, entonces se acuerda de la frase que leyó en un libro: "El amor no se elige". ¿A caso sería culpa suya de que una persona se enamorara de otra? De todas formas no tiene por qué preocuparse de ello, sabe que Dawn siente algo muy fuerte por Luis.
-¡Señorita Rodríguez! ¡Salga a la pizarra de una vez, o no volverá a tocar un suelo que no sea del aula de castigo!- Marina sale de su trance y sale a resolver una ecuación, vaya día...
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¡Qué pesada es esta chica! ¡Y encima va al mismo instituto que él! Se sienta en su pupitre con el humor por los suelos, le ha absorbido toda la energía, esa chica pelirroja que se encontró ese día; cada vez le pone más de los nervios. Pero por buena educación, se aguanta y se calla cuatro cositas que le diría.
No tiene ganas de que venga el profesor y que empiece a dar clase, sólo quiere ir a los establos, estar con sus amigos.En realidad, les entiende a ellos, los caballos, mejor que a las propias personas. Claro, que hay algunas personas con las que se identifica y las entiende, como Alyson. Tiene ganas de que se acabe el instituto ya.
Cree que ha entrado ya el profesor, pero ni se ha inmutado. Le da igual, sinceramente; no tiene ninguna gana de prestar ni si quiera atención, mira para la derecha, ve a un chico castaño con ojos marrones mirándole; no con muy buena cara. Le suena, pero no sabe de dónde. ¡Ah, sí! Estaba en los establos cuando se chocó con Dawn.
Vuelve a mirar a donde está el chico, le dice algo al profesor y sale de la clase, no sabe por qué; e todas formas le da igual...
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Hola!!! 
Bueno, al final, en vez de un mes sin ordenador, lo arreglé y sólo me voy a coger el ordenata los fines de semana, no puedo dejar un mes sin escribir.
Y aquí está el capítulo octavo, o como lo llamo yo el verdadero comienzo de verdaderos líos. Bueno, besos!!!
Violeta.

2 comentarios:

tres de tres dijo...

alan parace super majo, pero a mi me daria penita q se separaran Dawn y Luis...
estoy deseando leer mas =D
1Bsoo

1092 dijo...

Sigue escribiendo! Opino lo mismo que tres de tres, sería una pena:(

Menos mal que al final no dejas el blog durante un mes, qué susto...