Capítulo XI.

A principios de febrero, un día cualquiera, a la madrugada en una casa.
Las seis de la mañana, todavía tiene tiempo para dormir. Pero no puede, algo le impide conciliar el sueño. Y cree que sabe lo que es.
Luis...; lleva soñando con él todo el tiempo. ¿De verdad que lo quiere? Una vez oyó que ni los niños ni los animales podían amar, pero eso no es verdad. De todas formas ella ya no es una niña; pero tampoco es una mujer. Solamente tiene catorce años...
Lo peor está en que, a lo mejor, Luis no le quiere a ella. ¿Y si es sólo un amor pasajero para él? Pero Luis no es de ese tipo de chicos que van de flor en flor, pero tampoco le ha visto mantener alguna relación estable.
En su cabeza no le caben más dudas. ¿Pero por qué ahora? Si todo va genial, incluso mejor de lo que esperaba.
Cierra los ojos otra vez, le pican. Se los frota, y nada, minutos en silencio. Ella cree que sí que le quiere, pero, ¿y él a ella? No lo sabe, no puede adivinar los sentimientos de otra persona. Pero lo que ha hecho por ella esos días, significa mucho, tal vez sí que le quiere, pero al vez no. Tal vez le haga eso a todas las chicas con las que sale. Pek,ro, ¿ella es una más? Llevan siendo tanto tiempo siendo amigos, que ni se acuerda bien de algunas cosas, pero todas estarán en su corazón.
¿Sufrir por amor? Nunca le había pasado, y a lo mejor ni si quiera le pasa. Será una época de dudas como cualquier otra. No, ella no va a sufrir por eso. Además, todo va genial, no lo entiende.... Es muy raro. No debe preocuparse por eso. Pero lo hace.
Coge su iPod, escoge una de sus canciones favoritas: Only hope, de Mandy Moore.
So I lay my head back down... And I lift my hands and pray, to be only yours I pray...
Ella se siente identificada con la canción. También quiere que Luis le quiera, pero de verdad, algo que nunca olviden ninguno de los dos, eso es por lo que ella reza esa madrugada.
Sus pensamientos se interrumpen por el sonido de su móvil, que está en la mesilla de noche.
-¿Sí...?- pregunta adormilada. Al otro lado de la línea está Marina, que habla rápidamente y sin tomar aire. Dawn le pide que se tranquilice y que hable tranquila, pero su amiga no puede. Dawn le dice que enseguida va para allá, aunque con lo rápido que hablaba no le ha entendido mucho lo que ha dicho. Se viste a toda prisa y baja por las escaleras, va a salir por la puerta sin haber desayunado, algo raro en ella.
-¿A dónde vas tan temprano?- pregunta su madre que está ya en la cocina ya que se va al trabajo bastante pronto.
-Marina me ha llamado. Estaba muy preocupada, pero no he entendido lo que decía.
-Bien , en ese caso...- pero Dawn ya se ha escabullido de la conversación saliendo rápidamente por la puerta, le preocupa mucho lo que le haya podido pasar a su amiga...
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Unas dos horas más tarde, a principios de febrero en el instituto.
No ha venido, ni ella ni Marina, no están en sus respectivos pupitres. ¿Dónde está? Habrá hecho novillos para irse con su prima y con su novio (aunque está seguro de que no ha hecho eso), lo que le extraña es que Lola no haya ido con ellos, ya que forma parte de su grupo, pero ella si que ha llegado a clase.
-Hola Alan- le saluda Lola- . ¿Has visto a Dawn?
-No- ya le hubiera gustado haberla visto, sin saber por qué se preocupa, que Lola no sepa dónde está u amiga ya es bastante raro.
-¿Y Marina?
-Tampoco.
-¡No me puedo creer que se hayan ido de juerga y no me han avisado!- Alan se pone serio, no creía que Danw fuera de ese tipo de personas que se saltan las clases, y su prima tampoco, y a ella la conoce-. Es una broma, no te asustes- reacciona Lola al ver la preocupada cara del chico. Sabe que conoce poco a la gente del instituto y es capaz de creérselo.
Entra el profesor por la puerta y Lola va corriendo a su pupitre.
¿Dónde estarán? El profesor va a cerrar la puerta y ellas no han entrando. Es muy raro todo lo que está pasando. ¿Dónde está Dawn? ¿Y Marina? Que sepa Marina no se ha puesto enferma, y si lo estuviera, ¿no sería un poco raro que Dawn también lo estuviera?
El profesor pasa lista, parece que las únicas que han faltado han sido Dawn y Marina.
-Qué casualidad que estas dos chicas falten a la vez- dice irónicamente el profesor-. A ver qué escusa me traen mañana...
¿Qué le habrá pasado a Dawn para que haya faltado? Ese encuentro que tuvo por la tarde hizo que pensara mucho en ella. ¿Se estará enamorando? ¡No, imposible! Cuando llegó aquí prometió enamorarse para no sufrir por amor. Pero, es que ella es tan especial... Es como si tuviera una estrella brillando en su interior, y eso le hace destacar. Le recuerda  a la protagonista de su novela. El chico que la quiere, siente que es inalcanzable para él, que ella sólo la toma como un amigo. Y eso es lo que pasa en la vida real también. Entonces sí que la quiere. ¡No, no la puede querer! Se rinde, lo debe de admitir, ha roto la promesa que se hizo a sí mismo cuando llegó a este lugar: se está enamorando.
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En ese mismo instante, un piso más arriba.
Se sienta en su pupitre tranquilamente, ayer hizo todas sus tareas: fue a los establos, hizo los deberes, estudió hasta que se lo supo de memoria, y todo lo que tenía planeado hacer. Ve cómo se le acerca Luis, que está serio. No, justo ahora no...
-Oye Mason- dice tranquilamente, pero le tiembla un poco la voz, parece que intenta mantener su tono normal-. ¿Has visto a Dawn?
-No- responde sin decirles por qué se lo preguntaba.
-Bueno, gracias- dice con más temblor de voz. Qué raro, ayer no le dijo nada sobre que no iba a venir al instituto ni nada parecido, y no la ha visto entrar  por la puerta principal, ni a ella ni a Marina. Está preocupado.
Aunque seguramente será que está enferma y aún no se ha despertado, todavía es pronto. Pero ya es mucha casualidad que Marina se haya puesto enferma también. Pero Dawn no es de esas que se saltan las clases cuando les viene en gana. Y delante suya nunca se ha quejado de que le aburrieran las clases ni nada parecido.
Suspira, ya ha entrado la profesora, eso quiere decir que en su clase ya habrán cerrado la puerta, y ha estado todo el rato mirando por a ventana  a ver si venía y no la ha visto entrar.
Le vibra el móvil, lo coge. Pone que es Dawn, se oye un pequeño ruido y la profesora se da cuenta de que está con el teléfono.
-¿Puedo cogerlo? Es muy urgente- apuesta que lo es, sobretodo si llama en horario de clases.
-Si es muy urgente, pero no tardes- Luis asiente con la cabeza, sale de la clase y coge el teléfono.
-¿Dawn?- la chica parece nerviosa, pero intenta mantener su tono de voz.
-¿¡Qué?!¡Sí, voy para allá!- y tras esas palabras, sale corriendo por el pasillo.
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Aproximadamente dos horas antes, a principios de febrero, en una casa.
Llega rápidamente a la casa de su amiga y llama al timbre. Abre su hermana pequeña.
-¡Dawn!- dice alegremente la niña. La chica le abraza.
-Hola cariño. ¿Está tu hermana?
-Sí, pero no hagas mucho ruido que mi mamá está durmiendo.
-Está bien- entra en la casa silenciosamente y sube las escaleras hasta el cuarto de Marina. Hace dos leves toc, toc, en la puerta y gira el pomo, ahí está Marina, sentada en su cama agarrada a una almohada. Tiene los ojos morados.
-Dawn...-dice mientras se acerca a ella, parece muy triste.
-Siento haber entrado así, pero tu hermana me ha dicho que tu madre está durmiendo- y en ese momento, Marina rompe a llorar sobre el hombro de Dawn, la chica la abraza y le intenta consolar,  pero las lágrimas no para de caer por las lágrimas de Marina-. ¿Qué ha pasado?
-M-mi madre n-no está durmiendo- Dawn se teme lo peor cuando oye eso-. Eso se lo he dicho a mi hermana para que no se asustase. H-ha... h-ha... muerto- Marina vuelve a llorar, no sabe qué hacer, está en tal estado de shoc, que no sabe ni qué decir.
Dawn tampoco se lo cree. Si, ayer fue la última vez que la vio, y estaba bien, muy bien. No lo entiende.
-Pero, ¿cómo ha pasado?- no quiere ser maleducada.
-Murió por la noche.
-¿Y no has llamado al hospital ni a la policía?- la chica niega.
-Sólo te he llamado a ti.
-¡Pues tenemos que llamar a alguien!
-Llama tú. Yo no tengo fuerzas- se marea un poco y se tumba en la cama, desde que se ha enterado que su madre ha muerto se siente mal, muy mal.
Dawn coge el teléfono y marca el número del hospital, le cuenta lo sucedido y dicen que van para allá. Dawn se acerca a Marina, la ve tan triste....
Marina apoya la cabeza en el regazo de Dawn y ella le acaricia el pelo, va a ser un golpe muy duro para ella y tiene que ser una buena amiga en estos momentos.
Marina se siente por primera vez en todo el día a salvo. Cierra  los ojos y por fin puede dormir...
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Hola! Bueno pues aquí está el capítulo. Os dejos la canción de la que habla al principio del capítulo. Creo que tiene que ver con lo que pasan todos los protagonistas en este capítulo. Todos rezan por tener alguien a su lado que le quiera.