Dawn es una chica de catorce años a la que le apasiona el mundo de los caballos. Y entonces llegará un misterioso caballo con el que formará una maravillosa amistad y con él llegarán nuevas personas, y nuevas aventuras.

31 de diciembre de 2010

Feliz Año Nuevo!!!

Bueno, a lo mejor publico un rato después, pero esto no tiene nada que ver.
Era porque quiero desearle a mis seguidores y a los que no son mis seguidores un precioso Año Nuevo, y que el 2011 sea un gran año para todos.
Bueno, sólo era eso. Una cosa más, aunque haya gente a la que parezca raro, me da muchas ganas de seguir eso de tener ya tres seguidores de dos capítulos, y eso, como ya he dicho, me dan muchísimas ganas de seguir.
Les quiero dar las gracias a todas mis seguidoras, aunque sean pocas, y hablo en femenino porque por ahora no hay ningún seguidor chico, cuando lo haya, ¡me avisáis!
Bueno, en resumen, os deseo lo mejor y espero que tengais un año maravilloso, y espero que os guste mi blog. Un montón de besazos de parte de una bloggera que siempre agradecerá que me sigais.
Besitos y abrazos de una soñadora compulsiva:
Violeta.

26 de diciembre de 2010

Capítulo II.

A principios de febrero en los establos Campo de las estrellas.
-Perdón, lo siento, no me había dado cuenta.
-No, no pasa nada, sólo es mi cabeza- dice Dawn mientras que se ríe. Detrás de ellos están Lola, Marina y Luis, y no parece muy feliz al ver a su chica, a la chica de la que siempre ha estado secretamente enamorado, tontear con un chico que ni siquiera conoce. Eso le podría sentar mal a cualquier persona.
-Bueno, tenemos que ir a clase, ¿no?- pregunta Luis a punto de explotar
-Sí bueno, adiós, ah, por cierto me llamo Dawn.
-Mason. Hasta luego- se sonríen, Mason ve sus preciosos ojos, azules verdosos, se veían muy vivos, llenos de energía, de vitalidad.
-Qué majo que es, ¿verdad?
-A mí no me lo parece tanto.
-Estás muy raro Luis…-  se preocupa por su amigo, desde que salieron a ensillar los caballos está así.
-No, estoy bien, sólo es que hoy me he despertado un poco con el pie izquierdo.
-Bueno, si tú lo dices…
-¡Ya está bien de discusiones! ¿Venimos aquí para divertirnos o no?- interrumpe Marina, Lola está cabreada por el ataque de  celos que le ha dado a Luis.
-Lo siento, ya he dicho que me he levantado con el pie que no es.
-Vale, vamos, que las clases empiezan dentro de cinco minutos, empezamos bien la tarde. Ay, me duele la  cabeza, voy a la sala de reuniones a coger una bolsa de hielo.
-No te tendrías que haber puesto así, ¿y se supone que lo disimulas perfectamente?
-Ay. No sé, es que me molesta tanto, las veces que he intentado impresionarla y ahora viene este pavo y la conquista.
-La vida es así- dice Lola, entonces le responde Marina dándole un codazo en el costillar-, ¡ay,  perdón!
-Yo creo que sería mejor que se lo dijeras que quedarte callado.
-Sí, pero, ¿cuándo?
-Y yo que sé esta tarde, ahora, mañana por la mañana, cualquier momento si es pronto.
-Ya, para vosotras será más fácil.
-Eso es discuti…- Lola esta vez recibe una patada en la espinilla-, ¿qué es hoy, el día de pegar a Lola por decir la verdad?
-No creo que Dawn vuelve hasta dentro de un ratito, ¿vamos ya dentro?- pregunta Marina.
-Sí, venga, vamos.
Clase de doma, su profesora, tan estricta y perfecta como la asignatura, cada vez había un error, aunque fuera el más mínimo, había que corregirlo.
Se pasó por el cercado Mason, vio a las personas con las que se había encontrado de un golpe, literalmente. Antes. Ve a  todos menos a esa chica, esa chica que ha hecho que a él mismo le duela la cabeza -aunque ella haya sido la dañada – de tanto pensar en ella.
De repente aparece por detrás con un hielo en la cabeza.
-Estás fuerte, ¿eh? Parece que me hubiera chocado contra una pared.
-Si llego a saber que me iba a chocar contigo me habría arreglado más- se ríe.
-Ja, ja, qué gracioso que eres.
-¿No vas a montar?
-Ojalá, no puedo, con el golpe que me he pegado, ¿estás seguro de que no me he chocado con ninguna farola?
-No creo. Me tengo que ir, adiós.
Pasa la hora, Dawn se encuentra con sus amigos.
-¿Qué tal la doma?
- Bien, regular, según. Bueno, yo tengo prisa, ¿te vienes, Lola?
-Creo que yo me que…- antes de que termine la frase, Marina le tira del brazo para que se vayan.
Mientras, los dos jóvenes salen de los establos, sin decir ni una palabra. Hasta que Dawn se atreve.
-¿Qué te pasa Luis?, estás muy raro…
-¡Nada, no me pasa nada!
-¿Quieres hacer el favor de no gritarme?
-¡Te dejaré de gritar cuando tú me dejes en paz!- sale corriendo, y Dawn no puede evitar que se le caiga una lágrima. Es su mejor amigo desde siempre, se contaban lo que les pasaba, hasta ahora, de repente, oye un ruido, un caballo relinchar, reconocería ese relincho en cualquier parte, es igual al de ese caballo con el que siempre sueña. Corre hacia el sitio de donde viene el sonido. Es él, el hermoso caballo con el que sueña noche tras noche. Se acerca poco a poco, para no asustarle, cuando ya está lo suficientemente, acerca la mano hacia su hocico y le acaricia, el animal no le responde con ningún signo de molestia.
Está tranquilo, la chica, al sentirse confiada del caballo, le saca una manzana que lleva en su bandolera y se la da. Pero entonces, el caballo se excita y sale corriendo hacia el bosque, donde se pierde entre la espesura de los árboles.
Dawn piensa que debe encontrarle otra vez, están en invierno, y hace tanto frío que podría morir si antes era un caballo que trataba con personas.
Se monta en su bicicleta, va hacia su casa y se mete en su cuarto, abre su pequeño portátil, se mete en un programa, pone una contraseña y empieza a escribir:

Querido diario:
La mayoría de las veces no entiendo a los chicos. Y eso que vivo con uno con la cabeza hueca. Mi amigo Luis, se ha revolucionado, está muy raro, nunca había tratado a nadie así, yo le quiero mucho, y lo último que deseo es que sufra, pero no le puedo ayudar si no me dice lo que le pasa.
A demás, creo que la causa de que Luis esté así es que le pasa algo con el nuevo chico que trabaja en los establos, Mason, no le cae bien desde el principio, pero en eso de que a la gente le caiga bien Fulanito pero mal Menganito yo no me meto, la verdad. Sólo es que me preocupa.
Hoy, he visto en carne y hueso al caballo de mis sueños. Es incluso más precioso en persona. Seguramente se crió entre humanos y si sigue por ahí, así, en invierno, lo va pasar muy mal, lo que más desearía en este momento sería pincharme con una aguja, dormir durante cien años, y despertarme cuando pulsando un botón se solucionen todos  los problemas.
Bueno, la verdad es que no tengo mucho que hacer, pero tampoco tengo nada más que escribir. No te voy a contar la broma que me ha gastado hoy mi hermano porque ya está muy visto, ¿no? Es siempre lo mismo, como si llama a sus amigos para que me empiecen todos a tirar bolas de nieve, como si me echa un cubo de agua encima, como si finalmente me avergüenza poniendo cosas en el msn a quien no le importa.
Bueno, cuando pase algo importante te escribo.
Dawn.
Cierra la pestaña y el programa y apaga el ordenador. Coge su iPod y se pone a escuchar música. Entonces, empiezan las canciones de un álbum que le encantan y se pone a bailar y cantar como una loca por su habitación. Sin que se dé cuenta entra Luis, que ha llamado a la puerta, pero tiene la música a tanto volumen que no lo ha oído.
-¿Dawn?- dice mientras intenta no partirse de la risa, le da dos golpecitos en  la
 Espalda- ¿Dawn?
-¡Luis!- se quita los cascos y los deja en la cama- ¿Qué haces aquí?
-Quiero hablar contigo un momento, por favor.
 -Sí claro siéntate- los dos se sientan en la cama, Luis comienza a hablar.
-Bueno, siento haber estado tan irritable.
-No pasa nada. ¿Pero por qué estabas así?
-Pues verás, es que yo, estaba celoso.
-¿De qué?
-De que te gustara tanto Mason.
-¿Gustarme? ¡Si apenas lo conozco! Admito que me cae bien, pero más que eso no.
-Lo siento mucho, debería habértelo explicado antes- estaban los dos, solos, cerca el uno del otro, cada vez más, cada vez más, hasta que sus labios se juntan.
En ese momento, parecía que no había otra cosa alrededor, sólo ellos dos. Era el momento especial para los jóvenes, era su primer beso. Pero ese momento se estropea.
-No deberíamos hacer esto, Luis. Nosotros somos amigos, sólo amigos.
-Pero es que te quiero.
-Y yo a ti, pero esto no es así. Todo ese amor que sentimos el uno por el otro, es, porque somos como hermanos. No como nada más.
-Llevas razón. Perdón.
-No hay nada que perdonar. Pero tenemos que hacer un pacto, siempre que tengamos un problema, lo podemos decir sin vergüenza, ¿prometido?
-Prometido. Adiós, tengo que hacerlos deberes todavía.
-Hasta luego- Luis cierra la puerta de su cuarto- ojalá- suspira. Ella quería como algo más que un hermano a Luis, pero no veía indicado, ser más que su mejor amiga.
-Se conecta al msn, busca a ver si está Marina conectada, por suerte, sí. Necesita contárselo a alguien, y en Marina es en quien más confía.
Marina: Hola guapa. ¿Qué tal?
Dawn: Destrozada. ¿Y tú?
Marina: ¿Por?
Dawn: Oh, por nada. Me he dado mi primer beso con Luis y lo único que sé hacer es echarle una charla de que somos como hermanos desde siempre y en realidad yo no pienso eso  L.
Marina: ¿En serio? ¿Tu primer beso? ¿Y con Luis? ¿Y encima le echas un rollo?
Dawn: Ya lo sé, en serio, estoy yo más arrepentida que tú. Estaba súper cortada. No sabes cómo me sentía en ese momento que creía que nunca llegaría.
Marina: Ya…, ojalá te comprendiera…, pero no puedo  L. Además, el plasta de mi hermano pequeño no para de darme la lata.
Dawn: Sí, mi regalo de Navidad más deseado es que me cambien al mío por un cachorro, que al menos es más listo, más limpio, ¡y cumple órdenes! J. Me tengo que ir, mi madre me llama. Chao guapa.
Marina: Adew.

20 de diciembre de 2010

Capítulo I.

La madrugada de un día a principios de febrero.
Se despierta de un sobresalto, mira   el despertador, las seis de la mañana. Es sábado, y ha vuelto a tener el sueño de siempre.
Mira por la ventana, apenas ha amanecido, se ve nieve sobre el jardín de su casa, siente frío y se vuelve a la cama, intentando volver a dormir, aunque no puede, sigue pensando en el maldito sueño que le lleva la cabeza loca desde hace más de un mes.
Siempre ve un caballo hermoso, color canela, con una mancha blanca en el hocico, que se acerca a ella, se quedan juntos, hasta que, el caballo sale corriendo y se va dejando a la chica triste.
Y siempre es lo mismo, tiene ganas de saber si el caballo existe y sólo es una pequeña predicción del futuro, o si todo es fruto de su imaginación y ese magnífico caballo es un sueño inalcanzable.
Nunca ha tenido un caballo, en sus clases le adjudicaban uno, no siempre era el mismo, envidiaba a las chicas que podían permitírselo y poder cogerle cariño, ella deseaba tener uno, verlo todos los días, alimentarlo, sacarlo a pasear, poder ponerle un nombre a su gusto…
Se aburre, no sabe qué hacer, se pone las zapatillas, baja las escaleras y sale al porche. Leva una manta desde los hombros hasta los tobillos, de repente, todo su cuerpo se empapa, se da la vuelta, el idiota de su hermano mayor le ha gastado una broma.
-¡Idiota! ¡Pero qué haces!
-Creo que hoy no te vas a tener que duchar- dice intentando aguantar la risa mientras que habla.
-¡Pero a qué ha venido eso!
-No sé, me he levantado pronto y me aburría.
-Claro, y qué otra cosa mejor que hacer que echarle un cubo de agua fría a tu hermana pequeña.
-No te pongas así Dawn.
-¡Cómo quieres que me ponga! ¡Me acabas de empapar entera! ¡Cómo me gustaría tener un hermano decente!
-Bienvenida al club de: ¡Cómo me gustaría cambiar a mi hermano/a!
-Me voy a cambiar porque como alguien me vea así…
-¿Quién te va a ver si estamos en nuestro jardín?
-¡Que me da igual eso! ¡Está nevando y voy a coger una neumonía cómo siga empapada!- Dawn y Max, su hermano, son el Jing y el Jang, si uno dice que sí, el otro dice que no, cuándo él dice blanco ella dice negro.
Dawn sube a su habitación, se seca y se viste con ropa de calle, no se iba a volver a poner un pijama ya que luego entonces se tendría que volver a cambiar.
Baja otra vez, ve que su madre se ha despertado ya y que está haciendo el desayuno.
-¿Estás ya vestida?
-Max me ha echado un cubo de agua fría encima y me he ido a cambiar,
-¡Max!- gritó su madre muy enfadada.
-¿Sí mamá?
-¡Cómo se te ocurre echarle un cubo de agua a tu hermana!
-Me aburría- mira a Dawn- chivata.
-Te comportas como un crío pequeño- Dawn tiene catorce años y su hermano diecisiete, aunque algunas veces ella parece la mayor.
-¡Basta ya! Tomaos el desayuno y desapareced de mi vista- la frase más conocida de su madre.
-¿A qué viene tanto jaleo?
- A que Max es un imbécil.
-Luego soy yo el crío pequeño.
-Estamos todos los días con lo mismo, ¿ no puede haber una diminuta tregua aunque sólo sean unos míseros segundos? Y no cuenta la hora de dormir.
-Ya he terminado, de todas formas no tengo mucha hambre, he quedado con Marina y con Lola. Adiós.
  
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Ocho de la mañana, establos de Campo de las estrellas.

Con desgana entra a los establos una figura de cabello negro y ojos marrones, apenas ha desayunado y hoy no era su día, se le había roto el despertador y había dormido hasta tarde, y lo último que quería hacer era empezar a limpiar porquerías de caballo.
Le da de comer a los caballos, les habla…, esa era la mejor parte, luego venía lo de recoger los restos de la comida, y todo lo que sobró de ayer.
Por una puerta entra su jefe, le mira con cara de enfado.
-¿Por qué has llegado tan tarde?
-Se me ha roto el despertador.
-Por esta vez vale, pero quiero que te arregles el despertador, o que te compres uno nuevo, eso da igual.
-Oído cocina. Hablando de cocina…
-Toma- le tira una manzana, el chico le sonríe como muestra de agradecimiento, con eso al menos tenía algo más de energía.
Empezó a limpiar establo por establo, revisó a todos los caballos para ver si estaban sanos. Salió un rato, vio cómo entraban los primeros alumnos, dejó el rastrillo y fue hacia la sala de reuniones, sin darse cuenta, habían pasado ya tres horas trabajando, al final se había entretenido más de lo que pensaba. Se echa un poco de zumo en el vaso, se lo bebe, y vuelve al trabajo,
Lo que más le gustaría en este momento sería ensillar a un caballo y salir a montar con él ya que le apasionan, pero no es su actividad favorita, lo que le gusta a él es pasar todo su tiempo con aquellos hermosos animales, pero no podía.
Las dos de la tarde, se va ya hacia su casa para comer, su turno de mañana ha terminada, pero le queda el de la tarde, los fines de semana son jornada completa, mañana y tarde.
Empezó su trabajo porque necesitaba dinero y porque era el trabajo que más le gustaba, pero no se quejaba.
Un poco la comida de siempre, algo ligero pero con los nutrientes necesarios, para no estar muy pesado después.
De pronto, nota que se choca con alguien.

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 Diez de la mañana. Cerca de un lago helado.
-Hola chicas- dice Dawn.
-¿Qué tal?
-Bien, aquí, tirandillo. ¿Y tú?- dice Lola.
-Lo mismo, como siempre - responde Dawn.
-Ya, te comprendo- afirma Marina.
-Vais a ir a equitación esta tarde, ¿no?- pregunta Lola.
-Yo sí. A demás, tengo el mismo sueñecito del caballo desde hace ya tiempo.
-¿Pero lo has visto alguna vez cuando paseabas o íbamos a campo a través?
-No, si lo he visto ha sido sólo en mis sueños.
-Pues vaya cosa más rara, ¿no?
-Mirad, ahí está- Lola se alisa un poco el pelo con las manos y se hace la tonta cuando pasa Luis, que es dos años mayor que ellas pero que es el chico más popular del instituto.
-¿Pero cómo te puede gustar?- pregunta Dawn, a la que enrealidad si que le gusta pero eso sólo lo sabe Marina, ya que es Lola, la que piensa en él.
-Pues habló la que es su amiguita del alma.
-Sí, una cosa es que me caiga bien y otra es que se me caiga la baba en cuanto le miro.
-Hola chicas.
-Hola Luis- dicen las tres a la vez, Dawn y Luis se llevan dos años, pero son amigos desde siempre, y claro de una cosa va a la otra, que al final se acaban gustando un poco el uno al otro.
-¿Qué hacéis?
- No sé, tal vez estemos reflexionando sobre la inmortalidad del cangrejo, ¿tú qué crees?- se burla Dawn.
-¡Perdona, no me mates! ¿Otra vez el sueño del caballo?
-¡Me estoy volviendo la típica madrugadora que tiene un hermano estúpido que le echa cubos de agua helada encima porque “se aburría”!
-Perdonad, pero nosotras también estamos aquí- Cristina llama la atención de los chicos.
-¡Ay, se me ha olvidado! ¡Hoy es el cumpleaños de mi tía y tengo que llamarla! Vuelvo en seguida-  va hacia un lado, saca el móvil, y marca el número.
-Oye, Luis, ¿te puedo hacer una pregunta?- dice Cristina.
-Dime.
-¿Te gusta Dawn verdad?
-Puede que sí, puede que no.
-Venga que no tenemos tres años.
-Vale, lo admito, puede que me guste un poco.
-¿Y por qué no se lo dices?
-Porque, primero, yo no le gusto a ella y segundo…
-No, tú no le gustas a ella. ¿Sabes que el otro día me encontré a un reno de Papá Noel comprando una bagette en la panadería de Isa? Venga Luis, un poco más y nos ponemos a cantar: “Vamos a contar mentiras, vamos a contar mentiras”.
-Vaya por Dios, tú apóyale para pedirle salir a Dawn y que yo me quede sabiendo  que ya no va a estar libre- le susurra Lola a Cristina.
-De verdad, Lola, estás muy mal. ¿No vas a apoyar a tus amigos en esto?
-¿Quieres que mienta? Bueno, sólo por esta vez.
-Chicos- dice Dawn-, me tengo que ir a mi casa, nos vemos esta tarde, adiós.
-Creo que yo también me voy. Au revoir mademoiselles.
-Chao.
Cada uno come en su  casa, hace lo que tiene que hacer, y por fin llega el esperado momento de las clases de equitación.
Dawn coge la bicicleta y va por la carretera hasta el recinto.
-Hola chicos.
-¿Vamos a ensillar a los caballos?
-Sí, vamos.
Y dentro de los establos, de repente, Dawn siente un fuerte dolor en la frente, parece haberse chocado con algo o alguien.

19 de diciembre de 2010

Presentación.

Bueno, sólo quería presentarme. Mi nombre es Violeta y soy la editora de este blog.
Creo que comparto con muchos bloggeros el sueño de que algún día, entre a una librería, y vea mi novela con un éxito enorme. Y pienso de forma positiva que ese sueño algún día se llegue a cumplir.
Por ahora, empiezo en la web, esperando que a la gente le guste y me siga, y eso lo agradeceré millones de veces, aunque eeso no se sabe, escribir consiste en expresar sentiminetos, ¿no? Luego ya que guste o no guste es otra cosa.
Bueno, espero que si leéis los capítulos, comentéis, sea bueno o malo, yo no me ofenderé, en cambio, lo agradeceré más que si no me decís qué os ha parecido, porque entonces no sabré vuestra opinión.
Besos!
Violeta.