Dawn es una chica de catorce años a la que le apasiona el mundo de los caballos. Y entonces llegará un misterioso caballo con el que formará una maravillosa amistad y con él llegarán nuevas personas, y nuevas aventuras.

27 de febrero de 2011

Hola!

Bueno, era sólo para deciros que a partir de ahora, dejaré de poner mi seudónimo Violeta (lo puse porque era mi color favorito, y aprovechando que era un nombre...), y a partir de ahora tendré mi verdadero nombre,  Carmen.
Bueno, sólo eso besos:
Carmen.
P.D: Aunque me hubiera gustado haberme llamado Violeta. =P

25 de febrero de 2011

Capítulo IX.

Han sacado a Marina, lleva sonriendo todo el día, no entiende muy bien por qué, pero le gusta ver a la gente sonreír.
Le viene la sensación de que esta podría ser la mejor época, nada podía ser tan perfecto: tiene a sus amigos a su lado, es la novia del chico más perfecto del mundo, y además, ha llegado el primo de Marina, que parece muy majo; no cree que pueda ir a mejor. Siente que su vida es perfecta en ese momento y que no la cambiaría ni por un millón de sacos de oro.
Mira hacia el pupitre de Alan; pobre, ha parecido pasar una vergüenza cuando ha tenido que levantarse. La verdad es que ella nunca había vivido la experiencia de ser nueva en ningún sitio; excepto cuando pasó al instituto, pero eso no debía contar porque conocía a mucha gente.
Está atenta a las explicaciones del profesor y las apunta en una libreta. Lo único que le podía estropear esta época tan buena que está pasando, era una mala nota.
Mira por la ventana. No se puede creer lo que ve. En el patio está Luis con una pancarta  que dice:
Tengo una sorpresa para ti. Nos vemos en el recreo. 
-Señorita Sánchez, ¿me puede decir eso tan interesante que está viendo  por la ventana que no presta atención?- Dawn se pone roja y sonríe para sus adentros, no se puede creer lo que ha hecho Luis.
-Lo siento; no se volverá a repetir- dice Dawn intentando mantener la seriedad. Mira a Marina y a Lola y les sonríe, Marina llevaba razón: él es un romántico y ella una sosa.
-Profesor- dice Marina-, no veo bien desde aquí, ¿puedo pasarme a aquel pupitre?- señala la mesa que está al lado de Dawn.
-Bueno, vale. Pero cuando termine con los apuntes, vuelva a su sitio- el profesor no se relaciona demasiado con los alumnos, y no sabe demasiado de la amistad de las dos chicas.
-¿Qué ha pasado?- pregunta Marina que conoce bien la mirada de su amiga.
-Luis, es más mono...
-¿Qué ha hecho?- dice impaciente, ese chico cada vez le sorprende más.
-Se ha presentado en el patio con una pancarta en la que ponía Tengo una sorpresa para ti, nos vemos en el recreo. ¿Te lo puedes creer?
-¿Se ha saltado las clases por ti? ¿No tiene ojos en la cara o qué?- bromea Marina. Dawn se ríe. Se acuerda del momento en el que se conocieron:
Dos niñas solas en el patio del recreo, una niña rubia con ojos verdes azulados se acerca a la otra castaña con ojos marrones.
-¿Te apetece jugar?- dice mientras que saca un elástico de su bolsillo.
-Pero, al elástico no se puede jugar dos personas...- responde tímidamente.
-Eso se puede arreglar- llama a un amigo suyo llamado Luis, él viene corriendo, estaba jugando al fútbol con otros niños-. Tienes que ayudarnos.
Juntos hacen una pirámide sin que se den cuenta los profesores y Dawn puede llegar a escalar hasta la copa del árbol más bajo que han encontrado.
La niña rubia le da un abrazo al chico como muestra de agradecimiento y el chico sale corriendo a volver a jugar al fútbol con sus amigos, mientras que las dos niñas juegan al elástico.
Marina ríe al recordar aquel momento, también recuerda que tocó la sirena en el momento que empezaron a jugar, y que dejaron elástico colgado en el árbol, para el día siguiente.
La campana del cambio de clase, y en un segundo entra la profesora de Sociales.
-Buenos días chicos- dice la profesora mientras que entra-. Espero que halláis hecho el maravilloso e idolatrado trabajo.
-Sí- responden todos al unísono. aunque la mitad de las personas que han dicho que sí no lo tienen hecho.
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Ve como su prima y esa chica que tanto le ha sorprendido ríen y en los últimos minutos de la clase conversan sobre temas que no conoce, de todas formas no le interesa mucho. ¿O sí? Espera, ¿ha llegado la profesora de Sociales? Habrá preguntado sobre el trabajo del que le habló Marina. Bah, no podía hacerlo de todas formas, se compró ayer por la tarde a toda prisa los libros.
La profesora pasa por los pasillos que hacen los pupitres y le pide a Marina que vuelva a su sitio. Ella se relaciona más con los alumnos, incluso la que mejor que se lleva con los chicos y chicas.
-Para los que no lo tengáis, recordad que os lo repetí cientos de veces, incluso lo aplacé dos días para que tuvierais tiempo. Así que, no quiero excusas- Alan levanta la mano tímidamente para intentar darle la explicación-. Bueno, excepto la tuya Alan- la profesora sonríe mientras lee su nombre en un papel.
La profesora le parece simpática, es la segunda profesora que conoce en su primer día de clase, aunque los profesores lo que más le preocupa: son las personas que conocerá. Por ahora conoce a los amigos de su prima, y parecen todos majos, pero le ha llamado mucho la atención Dawn, y eso que a penas la conoce.
Ahora mismo él la mira. La chica lo ve, le sonríe, y él le devuelve la sonrisa. Sí, realmente, le llama bastante la atención. Sus ojos tienen un brillo propio que nunca ha visto, y su sonrisa..., es atrayente, preciosa, y..., ¡qué! ¡Cómo! ¡Qué está haciendo! Que te guste el físico de una persona, no quiere decir nada, para sentir por lo menos algo por alguien lo tienes que conocer bien. ¿No? Pues claro, ya intentará conocer a esa chica más adelante, ahora tiene que concentrarse en las Sociales. Sociales..., ¡no! ¡Ha perdido media hora pensando en esas tonterías! Y, ¡no se ha enterado de nada de lo que han dicho! Tendrá que pedirle los  a su prima...
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Qué lentas pasan las clases para Mason..., menos mal que sólo queda media hora para que suene la deseada campana del recreo.
El chico de la cara de pocos amigos ha vuelto hace un rato, ¿por qué le mirará con tanto odio? No será porque...
¿Se creerá que a él le gusta Dawn o viceversa? Puede que sea el novio de Dawn..., pero, ¡si él a penas la conoce! A él le gusta Alyson, o eso cree..., bueno, si ese chico sigue así se lo explicará no vaya a ser que pueda a ver un conflicto grande.
A demás, ahora mismo lo último que le falta es tener un enfado con alguien, ya tiene suficiente por ahora, y punto.
-Señorito García, ¿tiene alguna  duda sobre lo que he dicho?- le dice el profesor a Mason, que no ha oído nada de lo que ha explicado el profesor.
-Em... sobre...
-Bien, apúntese que ya tiene deberes: haga mil copias en las que pongan: Estaré atento en vez de hacer el tonto- la gente murmulla y alguno se ríe, vaya vergüenza, eso le pasa por no estar atento cuando debe. A partir de ahora va a tener los cinco sentidos puestos en la explicación, si suspende el examen que dentro de poco van a tener y sus padres se enteran; le matan-. Espero que le sirva de lección.
Mason no contesta porque no le sale la voz. Nunca le había pasado eso. ¿Y por que ahora sí? ¿Está empezando a dejar de preocuparse pro los estudios para empezar a preocuparse por cosas menos importantes e inferiores? Aunque, en la vida, hay que compaginarlo todo. La vida estudiantil, la social, la doméstica.... No puede preocuparse de una sola cosa y dejar de lado las demás. Pero, es el primer curso de Bachiller, y es importante. Ya, pero, ¿y los amigos? ¿Y tu familia? ¿Y todo lo que dejas pasar? ¿Qué es más importante en estos momentos? No lo sabe, así que hay que compaginarlo todo para resolver esa duda que tiene.
El sonido de la campana le salva de que le explote la cabeza. Esta vez sí que esta bien dicho eso de Salvado por al campana. Todos van saliendo desordenada y rápidamente por mucho que el profesor intenta decirles que se baja en fila.
-Mason, ¿puedes quedarte un momento?- Mason asiente y tiene miedo de lo que le puede llegar a decir.

19 de febrero de 2011

Capitulo VIII.

Se levanta, ¡qué tarde es! Se pone unos vaqueros y una camiseta larga con unas Converses. Baja corriendo las escaleras y se pone a desayunar rápidamente, termina lo que tiene que hacer y sale por la puerta despidiéndose de sus padres. Afuera se puede ver  sus amigas discutiendo por un tema que no comprende, al menos hasta que está cerca.
-¡Qué si!
-¡Qué no!
-Habéis vuelto a ver la telenovela esa, ¿verdad?
-¡Ella dice que es una nueva actriz y yo le digo que es la misma! Y entonces ella me dice: "¿y por qué tiene la nariz distinta?" y yo le respondo: "¡pues se la habrá operado!"- grita Lola.
-¡Pero que es una actriz distinta se ve de lejos y de cerca!
-¡Qué no!
-¡Qué si!- continúan discutiendo hasta la puerta del instituto, pero, Dawn va pensando en otra cosa: quiere ver a Luis. Pero no va a las mismas clases y a penas podrán verse.
Llegan a la puerta del instituto donde les espera Luis con una amplia sonrisa en la boca, como siempre. Ella le devuelve la sonrisa mientras que se acerca a él.
-Hola- le dice Luis-, ¿qué les pasa?- dice mientras que mira a Lola y a Marina gritarse.
-Una telenovela que ven- responde mientras que mira al cielo mientras que gira la cabeza a ambos lados.
-¿Vamos?
-Sí, antes de que las dos locas se empiecen a tirar de los pelos.
-¡Eh, esperadnos!- Marina y Lola corren hacia la pareja mientras que los dos se ríen.
-Pero no volváis a montar un pollo por la estupidez del culebrón; es más, no veáis más  la telenovela esa.
Se dirigen hacia el patio, Marina sale corriendo; Luis, Lola y Dawn se miran con caras extrañadas.
-Vete a saber a dónde habrá ido- dice Dawn mientras que se ríe. Vuelve con un chico rubio y de ojos azules grisáceos cogido del brazo.
-Chicos, este es mi primo Alan. Alan, esto tan feos que tienes delante son, de izquierda a derecha: Luis, Dawn y Lola. 
-Hola- saludan los tres.
-Hola- Alan les devuelve el saludo.
-Bueno, Alan- dice Dawn para intentar dejar a un lado el momento en silencio-, ¿vives en este barrio?
-Sí, vivo en la calle Rector Manuel Pérez.
-¡Esa está al lado de la mía!- responde ella con una amplia sonrisa, en realidad no sabe por qué se ha excitado tanto, a lo mejor ha sido sólo para parecer simpática.
Suena la sirena, Lola y Marina ponen cara de asco mientras que Dawn le da un beso en la mejilla a Luis. Va a ser un día muy largo, o al menos eso cree.
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"Qué maja es", Alan piensa en el momento en que la chica ha esbozado esa sonrisa, ¿o tal vez haya sido sólo por amabilidad? ¡Pero en qué está pensando! Es su primer día, tiene que estar atento.
-Buenos días chicos- entra un profesor por la puerta.
-Buenos días- responden ellos al unísono.
-Bueno, no sé si os habréis dado cuenta, o estáis en vuestro mundo, pero, ha llegado un nuevo alumno, Alan Rodríguez; Alan, ¿quieres presentarte ante tus compañeros?- se levanta intentando no ponerse rojo de la vergüenza que le da. Oye varios murmullos, risas; cada vez se siente peor. Saluda con la mano mientras lo demás le miran.
Las clases pasan paulatinamente, de vez en cuando mira a Dawn, sin saber por qué, se siente idiota haciendo eso, ¡si a penas le conoce!
Su prima le ve desde su pupitre y sonríe, ya sabía ella que iba a pasar esto. Alan y ella han sido uña y carne desde siempre, y lo conoce de maravilla. Y a Dawn, que es su mejor amiga desde que tienen conocimiento; y sabe que tienen un montón de cosas en común; aunque ellos no lo sepan.
Pero, a la vez se siente un poco culpable porque, ¿y si llega a ser la culpable de que Luis y Dawn puedan llegar a separarse? No podría perdonárselo, ellos son unos grandes amigos suyos y unca les haría daño, ni aposta ni adrede.
Pero, entonces se acuerda de la frase que leyó en un libro: "El amor no se elige". ¿A caso sería culpa suya de que una persona se enamorara de otra? De todas formas no tiene por qué preocuparse de ello, sabe que Dawn siente algo muy fuerte por Luis.
-¡Señorita Rodríguez! ¡Salga a la pizarra de una vez, o no volverá a tocar un suelo que no sea del aula de castigo!- Marina sale de su trance y sale a resolver una ecuación, vaya día...
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¡Qué pesada es esta chica! ¡Y encima va al mismo instituto que él! Se sienta en su pupitre con el humor por los suelos, le ha absorbido toda la energía, esa chica pelirroja que se encontró ese día; cada vez le pone más de los nervios. Pero por buena educación, se aguanta y se calla cuatro cositas que le diría.
No tiene ganas de que venga el profesor y que empiece a dar clase, sólo quiere ir a los establos, estar con sus amigos.En realidad, les entiende a ellos, los caballos, mejor que a las propias personas. Claro, que hay algunas personas con las que se identifica y las entiende, como Alyson. Tiene ganas de que se acabe el instituto ya.
Cree que ha entrado ya el profesor, pero ni se ha inmutado. Le da igual, sinceramente; no tiene ninguna gana de prestar ni si quiera atención, mira para la derecha, ve a un chico castaño con ojos marrones mirándole; no con muy buena cara. Le suena, pero no sabe de dónde. ¡Ah, sí! Estaba en los establos cuando se chocó con Dawn.
Vuelve a mirar a donde está el chico, le dice algo al profesor y sale de la clase, no sabe por qué; e todas formas le da igual...
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Hola!!! 
Bueno, al final, en vez de un mes sin ordenador, lo arreglé y sólo me voy a coger el ordenata los fines de semana, no puedo dejar un mes sin escribir.
Y aquí está el capítulo octavo, o como lo llamo yo el verdadero comienzo de verdaderos líos. Bueno, besos!!!
Violeta.

16 de febrero de 2011

Cerrado.

Hola!
No os asustéis con el título, porque el blog no se cierra, lo que pasa es que voy a ver si puedo estar un mes sin ordenador (ya se que es una tontería,pero bueno...). Así que si estaré un tiempo sin publicar,es más, esta entrada la está escribiendo una amiga, se la estoy dictando yo y ella escribe, jeje.
Y así me despido de vosotr@s hasta dentro de un tiempecito.Besos:
Violeta.

13 de febrero de 2011

Capitulo VII.

Nueve horas. Quedan exactamente nueve horas para entrar por la puerta de otro instituto desconocido. No puede quejarse tanto como otras veces, su prima va a estar ahí, sobre todo porque le cree un "crío pequeño" aunque sólo se lleve  unos meses con ella. Pero, ¿qué pasará si no le cae bien a sus amigos? Ella le ha asegurado que le van a caer de maravilla, pero él no está tan seguro.
También le parece una sandez preocuparse tanto por un cambio de escuela, pero es que ya  lo ha vivido cuatro veces.
Pero recuerda esa sensación que tuvo cuando iba en el coche, esa que le decía que este pueblo era especial, y va a creer en su instinto y también va a creer en este pueblo. Tiene la sensación de que las cosas van a cambiar a partir de ahora, tiene... un presentimiento.
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Ya está llegando, al campo en el que está su caballo, sin que se diera cuenta nadie, se ha llevado un manzana, ya que sus padres saben que no le gustan las manzanas y le ahogarían en un mar de preguntas.
Ya había conseguido montar en él, pero, ¿conseguiría poder llevárselo a los establos? Sabe bien desde el principio que ese caballo lo han educado y que se escaparía o lo abandonarían, y  no cree que aguante más sólo, sin nadie que le cuide.
Camina entre las hierbas altas, hasta estar en frente de un árbol. Mira hacia la derecha, y ahí está, comiendo entre los pastos.
-Hola Dulce de Miel- su nombre, es por el color del caballo, ese precioso color miel y ese brillo que tiene en el pelo que hace que parezca una estrella fugaz al correr-, ¿te apetece una manzana?- le enseña la manzana y el caballo se aproxima hacia ella para comérsela. Dawn le acaricia dulcemente el hocico, y le sonríe. Parece un sueño. Es más, todo esto sale de los sueños que ha tenido desde hace ya tiempo. Retrocede un poco. Espera, ¿se puede haber escapado? Un caballo dado a la fuga equivale a unos dueños que querrán recuperarle por todo lo alto. ¿Cómo? ¿Puede haber una posibilidad de que no vuelve a ver a Dulce de Miel en toda su vida? No debe de pensar en eso, además, ¿cómo se iba a escapar un caballo tan dócil como él? No, lo habrían abandonado.
-Te juro, que nunca te dejaré Dulce de Miel- saca una pequeña cruz que lleva colgada en el cuello y la besa; después, los dos se van dando un paseo por aquel campo que les unió...
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Domingo por la tarde, no sabe qué hacer. como la mayoría de los fines de semana. Tiene ganas de quedar con Alyson, pero tampoco quiere parecer un desesperado. Abre la puerta y espera al ascensor. Cuando por fin llega, se monta y baja. Va hasta el portal y de ahí sale con esperanzas de que el aburrimiento se le vaya.
Saca el MP3 y pone música. Se para en una cafetería y pide un café para llevar. Sigue sin energía, y nada mejor que un café para reponerse. De repente nota cómo alguien le golpea suavemente la espalda; se da la vuelta y, ¡no se lo puede creer! ¡Es la misma chica que se encontró en ese restaurante el sábado! Vaya pesada...
-¿Me recuerdas?
-Demasiado...- masculle-, digo, ¡sí, claro! Cómo no acordarme de tí...
-Melisa- dice sonriendo-. Pues yo si que me acuerdo de ti, Mason.
-Tienes buena memoria, qué pena que yo no la tenga- quiere deshacerse de ella en cuanto antes-. Me tengo que ir.
-¿No quieres que te invite a unos churros?
-¿Por la tarde?
-Nunca anochece en el mundo de los churros- esa era la gota que colma el vaso, se inventa una excusa:
-Es que..., me saben mal después del café.
-Pues no tomes más café- el chico, harto de tanta pesadez, acepta.
-Bueno, vale, pero te va a costar bastante si vamos a este restaurante.
-El dinero no es problema- dice mientras saca una tarjeta de crédito de su bolso-. ¿vamos?
-Sí, vamos...

11 de febrero de 2011

Capitulo VI.

Se despierta, llego anoche y tiene ojeras de lo poco que ha dormido, se conecta al MSN, está conectado un amiga suya.
Marina: ¿Ya has llegado?
Alan: Ajá, ahora desharé las maletas, y, empezaré una nueva vida, otra vez.
Marina: ¿Sabes a qué instituto vas a ir?
Alan: Sí, Instituto Felipe V.
Marina: ¡Eh, ese es el nuestro! ¡Vamos a ir juntos al insti! ¡Ya verás, lo vamos a pasar pipa! Mis amigos te van a caer genial.
Alan: ¿Amigos? ¿Cómo se llama?
Marina: Dawn, Lola y Luis.
Alan: Ah, Dawn. Tu mejor amiga de la que siempre hablas.
Marina: Ya verás como te va a caer muuuuuyyyy bien. No me extrañaría..., nada, me callo.
Alan: ¿?
Marina: Nada.
Alan: Dímelo.
Marina: Adiós primito.
Alan: Pero...
Marina: Chao.
Se desconecta del MSN y él se queda con la duda. ¿Qué querría decir su prima?
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Dommigo. Aborrece los domingos pero a la vez le gustan. Los odia porque se acaba el fin de semana pero, es el día de el relax del fin de semana, mañana al instituto otra vez y, ¡vaya! Se le ha olvidado hacer el trabajo de sociales. Saca el móvil y le escribe un mensaje a Luis, ya es casi la hora de comer y no cree que lo termine    hasta la noche.
Hola cariii, esta tarde no puedo quedar, trabajo de Sociales. Nos vemos mañana, lunes, bufff. Besitos amor.
Dawn.
Empieza a escribir en el ordenador sobre la economía española, le tenía que caer lo de la economía justo ahora en la crisis, ¿verdad? Un trabajo de mil palabras, le pita el móvil, lo saca del bolsillo, el de Luis.
No pasa nada guapa, ya nos vemos el lunes, si, el lunes... Marina me ha dicho que mañana viene su primo, si que le quiere, no para de decir cosas buenas sobre él. TQ.
Luis.
-¡Hija a comer!- se levanta y abre la puerta, baja por las escaleras, al final, a penas ha escrito algo, y va a estar una tarde domingo entera haciendo un trabajo de sociales.
-¿Qué hay de comer?
-Hija, que lleves catorce años en esta casa y todavía no te hayas enterado que los domingos hay paella, es increíble.
-Ay lo siento, tengo la cabeza en el trabajo de sociales- miente, no tiene la cabeza en el trabajo de sociales, tiene la cabeza en que, entre tanto lío, lleva hoy no podrá visitar a Dulce de Miel.
-Bueno, a comer- dice su hermano.
-Lo de comer lo dirás por nosotros, porque tú no comes, engulles- bromea Dawn.
-Jaja, qué graciosa.
-Por favor, la hora de comer no es una hora de discutir, en realidad, debería ser la única hora en la que no discutís exceptuando cuando dormís y cuando salís con vuestros amigos- comenta su madre intentando poner orden, los chicos ceden y se callan.
Dawn termina de comer y se sube a la habitación a  hacer el trabajo, cuanto antes termine, mejor. Quiere ver a Luis,  quiere ver a sus amigas, pero, sobretodo, quiere ver a Dulce de Miel.
Quinientas palabras, lleva quinientas palabras, solo le queda la mitad, solo unas cuantas palabras más para poder largarse e ir a buscar a su caballo, no sabe qué mas poner y rebusca en internet y en el libro.
Y por fin, termina la tarea que le lleva volviendo loca todo el día, se viste y se va lo antes posible, nunca había pasado tanto tiempo en un día en su casa.
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Se despierta, por fin, ha llegado el nuevo día, ya tenía ganas de que se acabara la noche. Se hace un zumo de naranja y unas tostadas. Pone la radio y empieza a escuchar música. Mañana, otra vez al instituto y turno de tarde en los establos. La verdad es que no tiene ganas de que empiece otra semana, quiere, que esos momentos divertidos que le han ido sucediendo a lo largo de todo el fin de semana, no se vayan nunca, pero no lo puede evitar, mañana no puede faltar a ningún sitio. A demás, ¿desde cuándo no tiene ganas de ir a los establos? ¿Desde que conoció a Alyson? No, no puede ser, él nunca renunciaría al mundo de los caballos por estar con una chica, ese es su universo, nunca ha creído en una relación estable, pero, ¿y si faltaba poco para que él tuviera una?
La verdad es que una semana larga y costosa y sin chicas no le vendrá nada mal, ¿pero qué dice? ¿Sin chicas? ¡Si chicas hay por todos lados! El problema es que se entrometan en tu vida, ¿o son los chicos lo que se entrometen en la suya? Bueno, y luego está la chica esa tan rara que se encontró ayer por la mañana en el restaurante. ¿Pero quién era? ¿Y qué más le da? Espera que no se la vuelva a encontrar en ningún lado, porque lo último que quiere son más líos en su vida.
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Hola a tod@s!!!! Bueno, aqui esta el nuevo capitulo, espero  que os guste. Y bueno, por lo de Marina:, Alan:, es porque están conectados al MSN, y bueno, pos eso, que nada mas, uy, no os imaginais el lio que se va a montar a partir de ahora, espero que esteis atentas.

7 de febrero de 2011

Capitulo V

A principios de febrero, un día cualquiera en un coche.
Lleva los cascos puestos, escucha On my head, de Michael Jackson, está dubitativo, se vuelve a cambiar de instituto, y ya está harto, siempre pasa lo mismo, hace amigos, y entonces, se va.
El traqueteo del coche no le molesta, ya que está pensando en lo ultimo que quiere que le pase en este pueblo, Campo de las estrellas: enamorarse. Su corazón en estos momentos no pertenece a nadie, y quiere que siga así, tiene miedo de que por su camino se cruce una persona a la que podría llegarle a tenerle un cariño especial, eso ya le ha pasado, y, es que, el chico piensa que a penas disfruta de su adolescencia.
Se frota sus ojos azules e intenta hacer caso omiso al pensamiento que le ronda por la cabeza, y es que, tiene la sensación de que, el sitio al que se dirige no va a ser como los demás.
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A principios de febrero, un día cualquiera en una casa.
Calienta las palomitas en el microondas y saca las bebidas del frigorífico, se dirige hacia el salón, donde le esperan sus dos amigas. El fuego da un aspecto cálido a la reunión de las tres adolescentes, que se preparan para ver A walk to remeber, una película romántica que Dawn se moría de ganas de ver.
Una de las chicas está tumbada en el sofá, la otra está metida en un saco de dormir, la chica que trae los refrescos y la comida se sienta junto a su amiga.
Ven la película,  ninguna ha podido evitar que cayera una lágrima. Dawn piensa lo que Luis habría dicho si hubiera estado ahí: "Sois unas cursis". Pero, seguramente, con lo que había pasado durante esos dos días, no hubiera dicho nada,
-Bueno..., no nos has contado nada de lo que pasó...- hablando del rey de Roma.
-Ya os lo he dicho, él me pidió que fuera su novia, y yo le dije que sí- se siente incómoda hablando de ese tema.
-Pues vaya..., con lo romántico que es él y lo sosa que eres tú- dice Marina, poco después, Dawn le da con un cojín, aunque  tiene que admitir que no hubiera estado mal un pequeño beso de nada. Tontean toda la noche, a penas pegan ojo, hasta que se duermen, Dawn pone la cabeza encima del regazo de Marina y ella se apoya en un brazo del sofá, mientras que Lola duerme en el saco en el que lleva todo el rato, su madre baja rato después con una manta para tapar a las dos amigas que reposan en el sofá.
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A principios de febrero, un día cualquiera en un apartamento.
Se tumba en la cama de su pequeño apartamento, pensando en la chica que le tiene confundido; pero no, no es Alyson: es Dawn. Esa chica con la que se cruzó accidentalmente le ha producido una sensación que no había sentido nunca. ¿Amor, humor, amistad, asco? No, ella no le puede producir asco, es imposible que una chica como ella produzca asco a nadie, es muy guapa, y muy simpática, e inteligente. ¡Pero qué está diciendo! ¿Cómo puede decir eso después de lo todo lo que le ha pasado con Alyson en tan poco tiempo? Era una estupidez, ¿cómo le va a poder gustar una chica a la que ha visto sólo una vez? Cierra los ojos e intenta dormir, pero no puede, hasta que en un momento, sus párpados se cierran obligatoriamente, y, gracias a las reglas de la naturaleza, llega a conciliar el sueño durante unas horas.

4 de febrero de 2011

¿Os gustaría?

Bueno, hola a tod@os, os escribo para preguntaros una cosa: ¿os gustaria ver un libro publicado por mí?
Cuando cerré Las nubes del camino continue escribiendo en un documento en el word, y pense, que a lo mejor, cuando lo terminara, podria intentar publicarlo.
Y algunas personas diran, pero si tiene 11 años, como va a poder publicar nada? Bueno, como buscan escritores jovenes, aunque, no se, ni si quiera se si a la gente le gusta como escribo...
Y bueno, si Dos almas= una vida por delante tiene exito, pues, Las nubes del camino a lo mejor tambien lo tenga, pero bueno, como ya he dicho, lo presentare a una editorial y si les gusta, pues genial, aunque no se si tendre todavia la capacidad adecuada para escribir una novela.
Seguro que no he sido la unica que he deseado que una novela que escribo tenga tanto exito como la novelas de de Stephenie Meyer, pero estoy segura de que eso no pasara.
Bueno, con el blog, me he vuelto a bloquear, asi que habra que esperar.
Solo os quiero decir una cosa mas: gracias por seguirme, proque sin vosotr@s este blog no seria nada, y, bueno, es pero que os guste mi idea de publicar el libro, y os juro, que si se publica, sereis l@s primer@s en enteraros, porque gracias a vosotras me llego a sentir algo mas que una chica con sueños, besitos:
Violeta.